reflejando una mente inquieta,
por una lagrima está regada,
dejando el dolor como meta.
Tu sonrisa ya ni a veces se atisba,
pero en un momento breve y fugaz,
me dejas entrever que está viva,
que aunque adormilada es veraz.
Tu alma está rota en fragmentos,
alejándose de ti rápidamente,
la suma de más de mil momentos,
el rompecabezas de un demente.
Siento que luchas por recomponerte:
te veo como una guerrera ardiente,
combatiendo cada vez más fuerte,
rehaciendo tu ahora corazón latente.
Para Ana
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