miércoles, mayo 20, 2009

Mi pequeño y decepcionante mundo

Durante un tiempo largo no supe sobre qué escribir en esta bitácora: no tenía ganas de nada ni encontraba tema o motivación. Finalmente encontré una musa, una fuente de inspiración: estaba encantado con este hallazgo tan peculiar.
Una persona interesante no se encuentra todos los días, pero di con una: fue una feliz coincidencia, o eso pensé. Disfrutaba conversando y conociendo a la musa, esperando ir encontrando más detalles y saber aun más, desbordado por una curiosidad irreverente y arrolladora, espoleada por el conocimiento de la pasión artística de mi musa en ciernes.
Pero todo tiene una pega: la de siempre, la desconfianza, esa constante desconfianza que noto que todo el mundo siente hacia mi. Si, mi vieja conocida la desconfianza entró en acción, y ha quebrado lo que creo que hubiera sido una oportunidad única.
Sé que hubiera logrado lo que no he conseguido hasta ahora, lo sé. He perdido algo que dudo que pueda alcanzar por culpa de la desconfianza. Una desconfianza sin motivos: sólo buscaba explorar mi inspiración.
Y hoy desisto una vez más de musas, de musas vanidosas, de musas inestables, de musas cobardes, de musas desconfiadas: ¡qué os den!

6 comentarios:

  1. Puedes intentar buscar ya no musas, si no musos :P

    ResponderEliminar
  2. Si ellos te gustan, adelante y después nos cuentas... pero que sean historias candentes, a ver si luego nos animamos :P

    ResponderEliminar
  3. Di que sí. Que se vayan todas a tomar por el culo, que es lo que les gusta.

    ResponderEliminar
  4. Seikken, si algún día algún hombre logra ser Ministro de Igualdad, creo que serás tú. xD

    ResponderEliminar