lunes, junio 30, 2008

¡Qué quiero dormir, coño!

Pues sí, quiero dormir, dormir y dormir. ¡Pero es que no me dejan! Y parece que se ha convertido en una práctica habitual.
La celebración de las victorias deportivas se está convirtiendo en una justificación para cometer todo tipo de actos vandálicos e incívicos, atentando contra la tranquilidad, la normalidad y el mobiliario urbano.
Cada vez que la selección de la Federación de Fútbol Española ganaba un partido en la Eurocopa de los cojones sucedía lo mismo: pitidos desde los vehículos, silbatos en acción, cohetes, petardos, gritos eufóricos, corte del tráfico por parte de los transeuntes celebrantes o de aquellos conductores que participaban de la celebración de algo que no habían hecho ellos.
¡Ah! ¿Y el mobiliario urbano? Vivo cerca de una fuente, situdada en una de las obsesivamente numerosas rotondas de mi ciudad, y veo lo que no se puede llamar más que vandalismo: la hierba y las flores destrozadas, las vallas arrancadas, la estatua de la fuente sometida a golpes y maltrato (creo que incluso a abusos sexuales...) y las papeleras poco menos que arrasadas por las embestidas de la multitud que se lanza a ella (no sé si alguno también se intentó aparear con ellas). Y este año, el Ayuntamiento había cortado el agua de la fuente: los vándalos celebrantes abrieron la llave de paso del agua para proseguir con su orgía demoníaca de daños materiales a pagar con dinero público, ante la impasibilidad de la policía, incapaz de actuar.
Uno podría creer que estás cosas suceden en los lugares de celebración clásicos de Madrid capital pero... ¡yo vivo en Leganés! Hasta las 3 de la madrugada estos energúmenos estuvieron pegando gritos, lanzando petardos, pitando desde los coches... ¡hijos de puta!
Tengo que dormir porque trabajo: para mi, la vida no consiste en creer míos los méritos deportivos de una selección de fútbol, que aparte de espectáculo y distracción de lo que ocurre en la realidad, no aportan nada. Tengo que trabajar, acudir a mi trabajo temprano, viajando aun más temprano para cruzar medio Madrid en transporte público: que estos desgraciados estén de fiesta sin control me afecta.
¡Fuera las celebraciones vandálicas! ¡Muerte a los idiotas! ¡Quién no me deja dormir merece morir!
Votadme en las próximas elecciones. ;-)

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