viernes, abril 04, 2008

No al OOXML de Microsoft : de estándares de documentación, libertades e intereses empresariales

Tras tener noticia de la reciente aprobación como estándar ISO de OOXML , formato de documentación electrónico de Microsoft, me he indignado profundamente. Intentaré explicar el porqué de esta indignación.

Comenzaré mencionando que, recientemente, ISO aprobó el formato de documentación electrónico Open Document como estándar, lo que hacía innecesario la estandarización de otro formato. La existencia de varios formatos de documentación puede crear confusión y convertirse en un inconveniente serio, como ya sabréis los que tratáis con más de una herramienta ofimática.

Destaco también que ISO ha aprobado OOXML como estándar tras una serie de votaciones que acumulaban una irregularidad tras otra. Podemos afirmar que en la aprobación de este nuevo estándar ha faltado la transparencia que tanto hubiera ayudado a entenderla o tolerarla.

Microsoft ha influido de forma cuestionable en los comités locales de estandarización para que su voto sea favorable a OOXML. Lo lógico hubiera sido pensar que en ISO tomarían algún tipo de medida encaminada a enmendar esta situación, pero su actitud final ha sido preocupante: no se ha paralizado la votación ni el proceso, pese a la insistente presencia de irregularidades. ISO, como organismo de estandarización, ha perdido gran parte de su crédito: ahora da la sensación de que se puede comprar un estándar, con lo que estos pierden en si su validez. Es muy lamentable llegar a estos extremos sólo porque a una multinacional le urgía seguir manteniendo su cuasi-monopolio sobre los documentos ofimáticos.

OOXML basa ciertos aspectos en anteriores formatos de Microsoft: formatos cerrados cuyas especificaciones no son públicas, con lo que su implementación perfecta sólo sería posible para la compañía estadounidense. OOXML permite la inserción de objetos binarios dentro del documento, lo que posibilitaría encapsular el documento real dentro: es decir, ofuscar el formato real bajo OOXML y posibilitar la incompatibilidad de documentos generados entre distintas herramientas que empleen este formato.

OOXML es un estándar que permite matar el estándar. ¿Suena extraño? Es que lo es.

El único beneficiario de este estándar es Microsoft que, gracias a ISO, ganaría la posibilidad de acceder a mercados nuevos que le estaban vedados al carecer de estandarización, sobre todo organismos y entidades públicas o gubernamentales.

Ha sido tal el cúmulo de irregularidades que la Comisión Europea las investigará como parte de las actuaciones contra las prácticas monopolistas de Microsoft. Es una buena noticia: mientras se investigan las irregularidades de la aprobación de OOXML no puede ser publicado como estándar. Es un proceso que puede durar meses o años: ojalá puedan impedir este abuso y poner remedio a estas prácticas que no reportan nada bueno para los usuarios, a los que se les impone un producto defectuoso.

Mientras tanto, podemos firmar en contra de OOXML aquí. Y algo aun más útil: ayudarnos a nosotros mismos empleando documentos que empleen el formato Open Document. Tenemos herramientas no sólo gratuitas, sino hasta libres, que nos permiten usar este formato. No tenemos que estar dependiendo de pagar licencias de uso a Microsoft por lo que nos quiere imponer: podemos usar la suite ofimática OpenOffice.org, por ejemplo, que es libre y gratuita.

No nos convirtamos en sus esclavos: si queremos ser dueños de nuestros documentos, empleemos estándares abiertos, como Open Document.

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