Infeliz es aquel a quien sus recuerdos infantiles sólo traen miedo y tristeza. Desgraciado aquel que vuelve la mirada hacia horas solitarias en bastos y lúgubres recintos de cortinados marrones y alucinantes hileras de antiguos volúmenes, o hacia pavorosas vigilias a la sombra de árboles descomunales y grotescos, cargados de enredaderas, que agitan silenciosamente en las alturas sus ramas retorcidas. Tal es lo que los dioses me destinaron... a mí, el aturdido, el frustrado, el estéril, el arruinado; sin embargo, me siento extrañamente satisfecho y me aferro con desesperación a esos recuerdos marchitos cada vez que mi mente amenaza con ir más allá, hacia el otro.
Así comienza El extraño, un breve cuento de Howard Philips Lovecraft (1890-1937), uno de los escritores norteamericanos mas influyentes en la literatura de terror del siglo XX: reconocidos escritores como Stephen King o Dean Koontz hacen referencias a él con cierta asiduidad.
El extraño es una historia breve, pero cargada de simbolismo y elementos que pudieron formar parte de la vida del autor.
La soledad del protagonista, el ansia de liberarse de su prisión, el deseo de trabar contacto con la gente y la decepción: la amarga decepción de quién no es aceptado, de quién no es recibido.
Pero creo que la parte mas interesante del cuento es la parte en la que se reconoce a si mismo, en la que se da cuenta de que es un extraño, y jamás encajará entre la gente.
Leí este relato por primer vez hace unos 10 años, en mi adolescencia, y simplemente, me sentí identificado. Yo también era un extraño.
¿Habéis leído a Lovecraft? ¿Qué opináis de sus escritos? ¿Leísteis El extraño alguna vez?
Mi correo al revés:
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Nota del autor: fue publicado originalmente el 9 de Marzo de 2006 en Caminando sobre las dunas, mi anterior bitácora, ya desaparecida, en La Coctelera.
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