viernes, marzo 16, 2007

Encuentros

Esta mañana, durante el atasco en la autopista, he tenido un encuentro sorprendente.

En el coche estábamos mis dos compañeros y yo, agobiados de calor, aguantando pacientemente el suplicio del trafico madrileño, cuando he observado que, en el vehículo de al lado, estaba él.

- JJ, mira quién está en el coche de al lado. Es él.

- ¿Quién?

- Es él, JJ.

JJ miró a ese coche, y observó al conductor. Se quedó sorprendido.

- Es él – me confirmo.

- Lo sabía, JJ. No había muerto.

- ¿De qué habláis? - preguntó Esteban, al volante.

- Mira al coche que tienes a tu lado.

Y miró al coche. Lo vio. Su cara estaba turbada. No podía creerlo, pero lo sabía. Lo estaba viendo.

- Tenemos que confirmarlo – dije

- Si, estas cosas no se pueden afirmar a la ligera.

Bajamos las ventanillas del coche. Hicimos señas al conductor del vehículo de al lado. Bajo su ventanilla.

- Mi general, ¿es usted?

- ¿Qué? - pregunto

- ¿Es usted, mi general?

- Creo que me estáis confundiendo con otra persona.

- No, mi general. A usted no le podríamos confundir.

- ¡Qué yo no soy general, hostias!

- Es cierto, es usted mas que eso, es nuestro Caudillo, mi General.

- ¿Pero qué hostias os pasa, gilipollas? ¿Estáis drogados?

- ¡Es él! ¡Es él!

No nos cabía duda: enseguida supo cuales eran los mayores males de nuestra sociedad. Gilipollas y drogados: nuestro Gobierno. Era él. Sólo el podía resumir en breves frases la agonía de una nación, el padecimiento de un pueblo noble que lucha por seguir adelante, mientras le llueven hostias de todos lados: desde dentro y desde fuera.

- Mi General, vuelva usted al mando activo, hace mas falta que nunca.

- ¡Idos a tomar por el culo, payasos! - su voz nos lleno con este mensaje.

Y dicho esto, subió la ventanilla de su vehículo. El tráfico avanzo un poco, y su carril se movió. Le perdimos. Pero su encuentro nos había llenado. Sabíamos que no estábamos solos.


S. Aguilar
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Nota del autor: fue publicado originalmente el 8 de Junio de 2006 en Caminando sobre las dunas, mi anterior bitácora, ya desaparecida, en La Coctelera.

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