saltando las chispas ya,
prendiendo una tenue llama
que no se quiere apagar.
Sintiendo el calor intenso,
acrecentándose ya el fuego,
quemándome desde dentro:
llamándome mi propio deseo.
Mi dulce, tímida muchacha:
no entiendo que te pasa ahora.
¿De sonrojarte quieres dejar?
Las travesuras han de llegar.
Para ti, monjita :-P
¡Por los clavos de Cristo! jaja
ResponderEliminar¡Cáspita! ¡Qué expresión más anacrónica! xD
ResponderEliminar