Para ti

Para ti, mis besos. Para ti, mis caricias. Para ti, mi lascivia. Para ti, mi lujuria.

Un océano de deseos contenidos te separa de mí, un océano de suspiros ahogados por el rumor de unas olas que alejan nuestros sentidos, dejando sólo el anhelo, persistente en la distancia, inagotable fuente de melancólica ensoñación, de un mundo onírico que incluso despierto me agobia.

La distancia, la distancia que no rompe tu hechizo, que no hace que se desvanezca esa magia tuya, sino que cobre una vida mayor, ese hechizo que potencias cada vez que me escribes o que te escucho. Esa voz que me desmonta, que hace que me desvanezca, me sienta evaporarme, esa voz que me hace arder, con una llama plácida, una llama de un deseo innominado.

Me quema, me quema tu voz, tu rostro distante y me quema lo que empezó quemándome: me queman tus letras. Ese océano de palabras que hemos compartido, que nos han unido, que nos han acercado.

Y me apago cuando te desvaneces otra vez en la distancia, cuando se interrumpe esa conexión efímera y breve que nos une unos instantes. Me apago para prenderme cuando estás, en esa existencia tan mermada que nos dejan las pantallas.

Te deseo tanto, y estás tan lejana, pero tan cercana. No puedo tocarte, ni besarte, pero puedo sentirte, intuirte, meterme dentro de ti, aunque no tanto como quisiera…

Te anhelo: sé que estás tras esas aguas que dividen nuestros mundos. Anhelo ese momento y ese lugar mágicos que nos permitirán juntarnos. Te evoco en mis recuerdos: mi memoria está saturada de ti.

Por que no sólo va mi deseo y mi lujuria para ti, van más sentimientos, algunos inconfesables en público.

Y quiero seguir saturándome. ¿Estás de acuerdo, mi niña? :-P