lunes, mayo 19, 2014

Los pitidos

Estoy sentado ante mi escritorio, leyendo las noticias en mi computadora, intentando informarme de cuánto acontece en el mundo. La calma que durante horas se ha mantenido se interrumpe de golpe: escucho un cúmulo de pitidos y crecientes gritos de malhumor provenientes de la calle.
No son puntuales, sino que se prolongan a lo largo de los minutos, despertando mi curiosidad: miro por la ventana para averiguar el motivo. Por supuesto, la realidad me golpea en la cara una vez más.
Desde mi ventana puedo observar al menos media docena de automóviles detenidos en la calle, algunos con los conductores a pie de vehículo gritando mientras que los que permanecen dentro pitan. Los insultos y las maldiciones cruzan el aire poniendo letra a la música contundente de los pitidos. 
Una señora desde una ventana cruza palabras con los enfadados conductores: 

- ¡Dejad de pitar! ¡Es una ambulancia! ¡Tened un respeto! - la mujer grita, ofendida por la actitud de los conductores, esperando de sus palabras surja algo de orden.

En efecto, unos metros más adelante se encuentra una ambulancia en mitad de la calle, detenida, mientras su dotación trabaja en el transporte de un anciano incapacitado para moverse por si mismo. Pero no importa a los conductores, que insultan y gritan igualmente, carentes de la más mínima vergüenza, sin un resquicio de empatía por el anciano, sin un mínimo de respeto por los técnicos de la ambulancia.
Un par de minutos después la ambulancia se mueve, abandonando la calle; los conductores regresan a sus vehículos rezongando y maldiciendo: esto es Leganés. ¿Qué más decir?

2 comentarios:

  1. Hostia que gente, y que deseo de que llege el peak oil y se implante el cuarto nivel de medidas del gobierno (si es que llega hasta ese punto)

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  2. La tecnología o los medios dan igual: la falta de empatía por los demás y de respeto por lo que hacen seguirán reinando.

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