jueves, agosto 09, 2012

Las guerras domésticas

Pensaba yo que los focos de la cocina de mi piso eran mi Afganistán personal: su extraño diseño los convirtieron en los asesinos instantáneos de seis bombillas de bajo consumo por ruptura de tubo y, además, en la tumba de varias bombillas convencionales, tras una prolongada y heroica resistencia en el caso de la última caída. 
Ahora, estos focos son en el lugar ocupado por dos bombillas halógenas, punto medio entre la eficiencia energética de las de bajo consumo y la resistencia de las convencionales. Llevan ahí sólo mes y medio, así que aun tengo que ver si el coste de estas compensa con su duración.
Hoy he descubierto que, además de un Afganistán, tengo un Irak en el cuarto de baño: las mangueras de ducha caen, y caen rápido. Ya van dos en un año, con reventón y chorro de agua sin control incluido.
Cuando vivía con mis padres, siendo media docena de personas, no recuerdo una frecuencia tan elevada de reemplazo de consumibles por desgaste. Estaré gafado, imagino.
Eso sí, ahora soy un experto en bombillas. Y hago mis pinitos con los tubos sifónicos.

2 comentarios:

  1. ¿Eso que dices es cierto?, es decir, lo de "Cuando vivía con mis padres...", ya vives solo?, vaya!!!, has crecido!!. Me alegro.

    Tu bitácora ha cambiado, me he perdido, antes entré a no sé donde, supongo que es otra bitácora que tienes, no entendí nada. Pero hablabas que has vuelto luego de 8 meses o algo así. Como sea.

    Te mando un saludo y un abrazo de osa-oso. :)

    María G.

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  2. No: es que ya no vivo. Soy español: los españoles ya no vivimos.

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