eres una carcasa vacía, con el alma muerta,
sé lo que ha pasado, en el rechazo te creces,
naciste por dentro baldía y aun vives yerta.
Es toda esperanza vana, en ella te meces:
columpio de tus mañas, de la artimaña cierta.
Llegan a ti mis suplicas, que no te mereces,
disfrutaste de ellas, como sádica experta.
¿Son mis sueños un chiste, como creo a veces?
No lo sé en este momento: debí estar en alerta.
Hora es de tristeza, algo que tú no padeces,
tiempo es de lagrimas: mi ánima es su huerta.
Te odio.
Para Cristina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario