lunes, enero 24, 2011

Acer Aspire One: el síndrome de la pantalla negra

Ayer domingo, por la mañana, procedí a encender mi netbook Acer Aspire One 150 (Intel Atom N270, 1GB RAM, HD 120 GB), adquirido en septiembre del 2008, apareciendo en pantalla un mensaje indicándome que carecía de dispositivos arrancables en el mismo y ofreciéndome la posibilidad de un arranque por red. Como, obviamente, el disco duro con el sistema operativo Fedora 14 seguía dentro pensé que se trataba de un fallo aleatorio, y reinicié el netbook.
Ahí empezó la pesadilla. La pantalla en negro desde el principio me preocupó, pero me preocupó más que no hubiese ningún tipo de lectura en el disco, pese a que la lucecita del botón de encendido mostraba su habitual brillo verde. No entré en pánico... por el momento.
Probé a intentar apagar el netbook pulsando de nuevo el botón, pero no reaccionó, así que desenchufé el adaptador de corriente y extraje la batería. Durante un buen rato probé todo lo que se me ocurrió para traer de vuelta al netbook sin desmontarlo: encenderlo sólo con la batería, sin la batería, dejarlo apagado unos minutos y probar a encender de nuevo. Pero nada funcionó.
Así que, tras pensarlo bien, pensé que me convendría adquirir un nuevo netbook, con tecnología más actualizada, pero aun así quería saber por qué podía haber muerto mi AA1. Me fui a mi otra computadora, un nettop ASRock, y visité la página del Acer Aspire One, donde en los foros encontré abundantes referencias a los síntomas de muerte de mi netbook, y un tutorial para resucitarlo.
Esperanzado, me puse a leerlo y, por las instrucciones que daban, iba a necesitar un sistema operativo Windows para realizar alguno de los pasos. No tengo Windows instalado en ninguna de mis computadoras domésticas. Pensé en pedirle a mi hermano que me prestase su portátil con Windows 7, pero siguiendo un enlace del tutorial descubrí que no era necesario usar Windows y que desde Fedora 14 podría realizar la operación.
Funcionó. Mi Acer Aspire One resucitó, aunque siempre me quedará la duda de porqué sufrió el sindrome de la pantalla negra: no le había añadido memoria adicional a la que ya traía de fábrica, ni jamás le había actualizado la BIOS.

2 comentarios:

  1. Lo mejor de todo es que la propia Acer publica la solución al síndrome, de la misma manera que lo hacen en los foros. Grandes.

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  2. Aun así, sigue habiendo algún tipo de fallo de diseño en la BIOS: eso sí, se agradece que sea fácilmente reparable mediante software.

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