sábado, marzo 07, 2009

Ocaso

Y ya no queda nada más, que ese marco,
esa oscuridad inalterable, que me cubre,
ya no queda nada más allí, solo está eso,
siendo inquebrantable, en cada momento.

Sentí la agonía en mi alma, aun la siento,
esperando ansioso la muerte, único final,
queriendo acabar muy pronto, incluso ahora,
deseando pronta esa paz, que la muerte da.

Quiero rápido ese fin bendito, momento final,
espero ese instante ilusionado, sonriendo ya,
alcanzando cierta ilusoria paz, que esperanza da,
llegado a ese evento, sentir que mi vida se va.

Llega a mi la dulce muerte, mi boca abierta:
expira mi alma atormentada, diciendo adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario