sábado, noviembre 08, 2008

Pálida Musa

Un instante maldito, segundo congelado,
el tiempo se ha parado, la vida ha matado,
torbellino de quietud, la palidez fría,
abrasando y quemando, lo que queda de mí.

Mi mirada fija, mi atención centrada,
mi mente se pausó, la idea penetró,
el concepto se ha plasmado, grabado,
mi inquietud es una fijación, agravada.

Tu imagen es lo único, refugio permanente,
tu presencia es omnipresente, endiosada,
te alcanzan, agudas flechas lanzadas:
son las alabanzas que mis labios te susurran.

Un instante de luz brillante, en mi pecho,
tras la placida contemplación, en mi mente,
tú ya no eres ni existes, aquí en el mundo,
porque ya todo abarcas y rodeas en mi.


Para la Pálida Musa

No hay comentarios:

Publicar un comentario